CYBERFEM. FEMINISMOS EN EL ESCENARIO ELECTRÓNICO




Una vez más el Espai d´Art Contemporani de Castelló nos ofrece del 20/10/2006 al 21/01/2007 una muestra muy interesante:
Cyberfem. Feminismos en el escenario electrónico como territorio expandido; un espacio híbrido de creación y activismo construido a través de las nuevas tecnologías digitales. Desde hace poco más de una década hemos asistido a la revolución más rápida, y a la redefinición permanente, en lo que respecta a las cuestiones del feminismo, las políticas identitarias, las prácticas artísticas, y las nuevas tecnologías. Discursos teóricos que extienden sus paradigmas contaminándose de otras disciplinas, mitos y estereotipos que se cuestionan, prácticas artísticas que van más allá de sus propios límites, identidades nómadas, y todo ello en el contexto de las tecnologías de la información en avance progresivo.
En el centro del debate, la cuestión de la identidad. Una cuestión ineludiblemente política, a partir de una premisa que se impone como paradigmática en los primeros años del siglo XXI: la concepción de la identidad como una “construcción social”. Identidad(es) cyborgs como metáfora visual del sujeto contemporáneo. Hoy más que nunca el famoso lema, “Cyborgs, ya somos todos”, de Donna Haraway, ha dejado de ser una afirmación epatante y provocativa. Pero, ¿cómo seremos, qué rostro, qué género, qué identidad, qué sexualidad, qué raza, qué identidad cultural...? La representación de la identidad es hoy más que nunca un atractivo y arriesgado campo de batalla.
Construcción, redefinición, y reivindicación de nuevas configuraciones identitarias en un nuevo tejido social tecnológico y de difusión de la información. En los primeros momentos de esta nueva situación, colonizar la red, urbanizar este territorio expandido de las comunicaciones informáticas, convocó a muchos artistas, críticos, activistas políticos, e historiadores. Impulsados por un último aliento utópico participaron en el espacio cybernético bajo la consigna de hacer posible la globalización de la creatividad y la universalización de las libertades.
En este contexto, el feminismo encontró un espacio abierto de posibilidades, un territorio red abiertamente “seductor” para la intervención de las mujeres: el cyberfeminismo. El origen del cyberfeminismo coincide con el desarrollo del feminismo expandido característico de los años 90. Un feminismo que irrumpe en la escena cultural ampliando sus desarrollos teóricos y prácticos. El feminismo, como todo el programa moderno se ha sometido a un intenso proceso autocrítico, alejándose de cualquier dogmatismo y abriéndose a una multiplicidad de narrativas. Feminismos que amplían sus fronteras en relación al relato de experiencias, a los discursos del género y del sexo, al universo de lo intercultural, y al desarrollo de las nuevas tecnologías.
Hablar hoy de (cyber) feminismo -de feminismo, Internet, arte, y activismo-- es hablar de creación experimental, de comunicación, de investigación, de interactividad, de activismo y de asociación. Internet se ha consolidado como un espacio de visibilización de las mujeres desde una multifacética pluralidad de direcciones.
Esta multifacética diversidad se manifiesta desde el mismo origen del llamado movimiento cyberfeminista. Un movimiento cuyos fundamentos los aportan Donna Haraway, Sadie Plant, o las escandalosas y provocativas VNS Matrix. Pero que alcanza el carácter de movimiento cuando se celebra en Kassel en septiembre de 1997 la Primera Internacional Cyberfeminista en la Documenta X, organizada por OBN (Old Boys Network).
La exposición, Cyberfem. Feminismos en el escenario electrónico, pretende ofrecer un panorama de la diversidad de posibilidades, de discursos y narraciones, en que se desarrolla la participación de las mujeres en el territorio expandido de las nuevas tecnologías. Un territorio abierto en el que confluyen distintos discursos respecto al género, al sexo, a la polémica de biotecnología, a los debates interculturales, en el contexto global de las nuevas tecnologías de la información.
Esta misma diversidad caracteriza a la selección de sus participantes, artist@s, crític@s, y activist@s, bien sea de forma individual o colectiva. Así como a los proyectos seleccionados, que incluyen instalaciones con diversas tecnologías digitales, desde el vídeo a la pantalla de ordenador e Internet, proyectos interactivos, performances, conferencias, material documental, proyectos exclusivos en formato Web o Weblogs.
De la misma forma, el desarrollo del proyecto expositivo Cyberfem esta determinado por la complejidad de puesta en escena, de visibilización de los proyectos en lo que se refiere a la combinación de distintos formatos de imagen digital. Destacando además que en la mayoría de los casos el campo expandido de la producción feminista en el espacio electrónico favorece una interrelación del espacio real y el virtual como propio de la condición postmedia de nuestra cultura. En su conjunto se hace presente una nueva forma de concepción del espacio público.
Ante un estado de confrontación, conflicto, y ambigüedad permanente, el posicionamiento sería
la práctica clave para fundar el conocimiento organizado alrededor de la imaginería de la visión. El posicionamiento implica responsabilidad y compromiso político. Las tecnologías son formas de vida, órdenes sociales, prácticas de visualización. Las disputas del mundo son disputas sobre el cómo ver. ¿Cómo debemos mirar? ¿Desde donde debemos mirar?
Cyberfem pretende mostrar este proceso y preguntarse por sus posibles desarrollos futuros. En el contexto de los actuales conflictos geopolíticos, económicos, y culturales, un (cyber) feminismo ampliado o expandido puede colaborar a través de políticas parciales a mantener abiertos los presupuestos de la diferencia en relación al mismo orden social, a la visualización de la diferencia. Ana Martínez-Collado


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